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ir al gimnasio en ayunas
En caso de ingerir alimentos, va a ser en el momento en que estas reservas comiencen a escasear cuando nuestro cuerpo deba comenzar a buscar otras fuentes de energía para poder seguir alimentando de glucosa el músculo (grasa y aminoácidos). Entre los momentos en los que los escenarios de cortisol son más elevados es a lo largo de las primeras horas de la mañana, instante en el que se acostumbra entrenar en ayunas. El papel de esta hormona es el de movilizar las grasas desde el lugar en el que están guardadas para ser usadas como fuente de energía, y también degradar los aminoácidos de nuestros músculos para obtener esa energía. Estas otras fuentes serán la grasa que poseemos almacenada en el cuerpo, o a partir de la degradación de proteínas, esto es, la destrucción de nuestra masa muscular debido a un proceso catabólico. Cualquier órgano de nuestro cuerpo requiere glucosa, y lo frecuente es que la glucosa que emplean nuestros músculos a lo largo de los movimientos proceda de los depósitos de glucógeno que poseen, y que el resto de órganos se nutra del glucógeno hepático. La práctica de deporte en ayunas es algo a eso que muchas personas frecuenta recurrir cuando quiere, por ejemplo, perder grasa.
Tener el estómago vacío no es la mejor idea si lo que buscas es recortar minutos de tu kilómetro o añadir kilos a tu barra de sentadillas. Por una parte se piensa que entrenar en ayunas estimula la utilización de lípidos como fuente de energía, pero por otro, se cree que entrenar sin haber roto el ayuno nocturno puede inducir el catabolismo, publicitando la pérdida de músculo. Lo aconsejable es que comas, pero escoge bien qué desayunas para rendir más y tener energía suficiente para realizar tus objetivos del día. Si llegaste hasta aquí, y has decidido que no vas ayunar (es lo más sensato y lo que recomendarían la mayoría de especialistas a la población generalmente), te interesará conocer lo que sí deberías ingerir. Esto es, alimentos ricos en hidratos de carbono y simples de digerir antes de llevar a cabo ejercicio. Puedes incluir lácteos, que aparte de proteínas, vitaminas y minerales son fuente de calcio; frutas y cereales, que poseen hidratos de carbono y por consiguiente nos aportan energía para afrontar el día. Antes de sumarnos a una exclusiva moda o estilo de vida deberíamos cuestionarnos para qué exactamente hacerlo.
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- De la misma forma que ocurría con la movilización de grasas, la que se “adiestraba” al efectuar ejercicio en ayunas, con la captación de glucosa en sangre sin presencia de insulina va a ocurrir lo mismo.
Por consiguiente en el momento en que efectuamos un ejercicio físico parcialmente profundo, como es la situacion de los ejercicios aeróbicos, nuestro cuerpo se encuentra en esa situación de escasez de glucógeno. Con lo que nuestro organismo empieza a quemar las reservas de grasas anatómicos para contrarrestar esta deficiencia energética. Si estas buscando aumentar tu resistencia, entrenar en ayunas podría ser favorecedor. Si tu nivel de glucógeno es bajo, como tiende a suceder por las mañanas, tu organismo se habitúa a abrasar más grande cantidad de grasa. El deporte en ayunas es buena forma de reducir la grasa corporal, siempre y cuando la carga de trabajo sea de intensidad moderada, y de duración no mayor a la hora y media o dos horas. Realizar ejercicio en ayunas hace que reduzca la utilización de glucógeno muscular en beneficio de las grasas, gracias a la acción de una serie de proteínas que entran en juego. Como ahora hemos dicho, contamos con unas reservas de glucógeno muscular las que proveen a los propios músculos de glucosa durante el ejercicio.
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En pleno auge de los ayunos intermitentes y los beneficios que podrían producir en el organismo, resurge la idea de entrenar por las mañanas sin desayunar. Por consiguiente, el entrenamiento en ayunas a altas magnitudes no va a ser el más correcto si se quiere remover el exceso de grasa. Pues que nuestro organismo va a requerir conseguir energía de donde sea, lo cual incluye a los músculos. Tal es la fuerza que ejercita nuestro cerebro sobre el rendimiento físico, que el hecho de llevar a cabo un enjuague con una bebida dulce, si bien no se llegue a tragar, va a hacer que mande señales a los músculos de que tienen suficiente energía. Si todo el tiempo poseemos dicho pensamiento en la cabeza, nuestros músculos comenzarán a sentirse cansados y fatigados (si bien estén recibiendo energía), y nuestro desempeño reducirá.
Al degradar la grasa para producir energía se generan cuerpos cetónicos que son empleados por el cerebro como fuente de energía. Además, al prosperar la oxigenación generalmente, el cerebro tiene más energía libre, lo que se traduce indudablemente en una optimización del estado anímico.
Es esencial, sobre todo en el momento de adelgazar, que nos fijemos en nuestros hábitos de vida al terminado, y no solo en lo que hacemos a lo largo de una hora cada día. No nos podemos estimar personas activas si lo único que hacemos en nuestro día es pasar una hora en la elíptica mientras el resto del día lo pasamos sentados. Entrenar practicando el ayuno estratégico acarrea virtudes tanto físicas como emocionales, por lo que próximamente se logra la recompensa de hacer deporte. Se crea un tipo de fibra muscular que es más rica en mitocondrias y, por ende, considerablemente más fuerte, flexible y fuerte. En los últimos años existe una corriente que aboga por salir a entrenar en ayunas.
Se trata, ya que, de entrenar al organismo en el empleo de esta vía energética para que vaya “cogiendo práctica” y habituándose a ello. Hacer deporte en ayunas ofrecerá una serie de beneficios, siempre y cuando se prosigan algunas pautas y se tengan en cuenta ciertos puntos para no convertir esta práctica en algo amenazante o contraproducente. Nuestro cuerpo siempre y en todo momento mira por sostener las máximas reservas energía, tanto en el momento en que aportamos nutrientes , como en el momento en que debemos emplearla. En cambio, si se empieza el ejercicio en ayunas, el gasto de glucógeno se verá ralentizado y el organismo comenzará a buscar otras fuentes, como observaremos más adelante.
¿Qué pasa si hago abdominales en ayunas?
El mejor momento del día para hacer los abdominales hipopresivos es por la mañana en ayunas. Al estar en ayunas se puede incidir más en trabajar esta zona y como todos los ejercicios de fuerza, ayudan a aumentar el metabolismo.
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