Aunque procuremos una teoría actualmente del envejecimiento prematuro de nuestro sistema, no existe hoy día, mas los primordiales factores que provocan el envejecimiento veloz sí que se conocen, y en una gran parte podemos explicarnos por qué razón ciertas personas semejan y actúan considerablemente más joven que otros de su edad.
El agobio oxidativo de nuestro cuerpo
Una cosa que sabemos, es que por servirnos de un ejemplo, las moléculas de oxígeno generan lo que lleva por nombre «radicales libres», y que son los que contribuyen significativamente al envejecimiento a resultas de «estrés oxidativo». Y, como es lógico, hay asimismo otras cosas como la inflamación, y toxinas de distintos tipos que juegan un papel esencial. Para finalizar y no por este motivo menos esencial, nuestros genes asimismo juegan un papel fundamental en nuestro organismo, mas pueden no ser tan grande el papel como se piensa. El ADN, es el que dirige todos los procesos vitales que ocurren en nuestro cuerpo, y si se estropea nuestro cuerpo asimismo se rompe el.
Hablemos el agobio oxidativo
El ADN está eminentemente en el núcleo de las células de todo nuestro cuerpo, y en el instante oportuno se despliega y expone su ya conocido «código de la vida» que es el encargad de crear el ARN de nuestro organismo y las proteínas que son esenciales para nuestro bienestar, y que nos dará que nuestro motor que es nuestro cuerpo vaya de forma perfecta.
Afortunadamente, nuestro ADN nuclear tiene un «mecanismo de reparación», y se las arregla continuamente para arreglar la mayoría del daño que los radicales libres hacen, mas el ADN mitocondrial no tiene un mecanismo de reparación, y cuando los radicales libres dañan, se queda dañado, y como resultado, las mitocondrias se desgastan y genera menos energía de lo que deberían. Si esto ocurre en muchas de sus mitocondrias, se marchan a comenzar a sentir debiles y aceptar muchos de los síntomas de la vetustez. En esencia, avejentas más veloz de lo normal.
Ahora ya sabemos y vemos que la mayor cantidad de glucosa en la sangre (y en sus células), más la energía que las mitocondrias generan, y cuanto mayor sea el número de radicales libres que se generan, mayor es el daño a tus mitocondrias. Con lo que es esencial tener un equilibrio saludable en tu cuerpo, y de esta manera este, es capaz de sostener el daño al mínimo.
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