como aliviar las agujetas
Su aparición no es nada alarmante y frecuenta darse tras la realización de algún esfuerzo físico o deporte al que no estamos acostumbrados o es más profundo de lo frecuente. Otra de las claves en el momento de entrenar es la hidratación, en tanto que la pérdida de agua a través del sudor estimula la debilidad muscular. No olvides hidratarte antes, a lo largo de y tras tu actividad. Si el mal es moderado, los especialistas recomiendan proseguir llevando a la práctica algún ejercicio despacio, puesto que mientras ejercitamos el músculo afectado aumentamos la circulación sanguínea y aceleramos la cicatrización de las microrroturas. Por el contrario, si el mal es agudo, es conveniente reposar del ejercicio durante 2 ó 3 días y retomarlo empezando con un ritmo despacio.
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Olvida La Leyenda Del Agua Con Azúcar; Hay Otros Trucos Para Contribuir A Calmar El Mal
Lo que sucede es que aparecen por microroturas en la fibra muscular tras la realización de movimientos que no estamos acostumbrados a realizar, produciéndose procesos inflamatorios en el músculo. ¿Has oído hablar de tomar un vaso de agua con azúcar para combatir estos dolores? La verdad es que este método hecho en casa no termina de funcionar y la nutricionista y dietista Fátima El país nipón sí que conoce la fórmula para solucionar las afecciones que sientes tras hacer ejercicio. El del agua con azúcar era un remedio tradicional que pretendía eliminar los cristales de ácido láctico que se formaban en el músculo y que eran los autores de las agujetas. No obstante, numerosos estudios han demostrado que esto no es de esta manera, y que consumir esta bebida no se utiliza para nada. La glucosa (azúcar) sería la solución si las agujetas fueran un problema energético, pero si ese fuera el fundamento, el mal se generaría a lo largo del ejercicio, y no al cabo de uno o dos días. El frío asiste para achicar inflamaciones y a calmar dolores, con lo que si las irritantes agujetas ahora han aparecido, puedes utilizar bolsas de hielo sobre la zona perjudicada, lo que ayudará a que las fibras musculares se relajen.
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Pero sin lugar a dudas, de lo que te tienes que preocupar, es de llevar a cabo lo correcto a fin de que la cosa no empeore. Por esto, te aconsejamos cuatro cosas que no debes llevar a cabo jamás en caso de tener agujetas.
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Si no hemos hecho ejercicio nunca, o hace tiempo que no lo practicamos, se aconseja empezar con ejercicios de baja intensidad para evitar un sobreesfuerzo. Lo mejor es entender nuestros límites para supervisar la tensión del ejercicio y paulativamente ir aumentando la intensidad. Una buena opción para recurrir ante la llegada de las agujetas es la terapia con masajes o la crioterapia (aplicación de hielo). Frente casos más agudos, recurre a la electroestimulación o los ultrasonidos, si bien no tiende a ser necesario llegar a este procedimiento como tratamiento de la mialgia.
¿Qué son las agujetas y cómo se tratan?
Las agujetas consisten en dolores musculares que aparecen las horas posteriores al ejercicio físico o la actividad física desarrolla debido a microrroturas de las fibras musculares del músculo afectado. Este dolor muscular se produce por cuestiones que posteriormente veremos.
Los músculos funcionan con más intensidad que en actividades normales, y cuando nos encontramos descansando o realizando otra actividad, es cuando notamos un mal, a veces profundo, en las ubicaciones que más hayamos trabajado al hacer ejercicio. Los baños de contraste frío/calor también ayudan a calmar los pinchazos producidos por las agujetas, al reducir la inflamación del músculo. También puedes recurrir a una bolsa de agua ardiente, aplicándola en las ubicaciones donde se concentra el mal. Lograrás acrecentar el riego sanguíneo y acelerar la regeneración de las fibras. Al efectuar deporte sudamos, con lo que perdemos líquidos que generan que nuestro cuerpo se deshidrate.
Nos pueden producir agujetas los movimientos más dispares y, por tanto, asimismo tienen la posibilidad de aparecer en algún sitio. Subir o bajar escaleras; correr cuesta abajo o cuesta arriba; hacer pesas, e incluso los ejercicios de elasticidad.
La actividad física día tras día y una alimentación equilibrada son los dos pilares para combatir el sobrepeso. Adiestra de forma progresiva, por ejemplo, creciendo un diez% tu actividad física cada semana. Una aceptable opción es ofrecerte un baño con agua ardiente o tibia y poner aceites fundamentales naturales de plantas como, por servirnos de un ejemplo, el romero, ya que tiene características analgésicas que te asistirán a relajar los músculos. El aceite de lavanda asimismo tiene características analgésicas y te va a ayudar a sentir una gran mejora. Si bien suene evidente, los estiramientos son súper esenciales para evitar que las agujetas te hagan la vida imposible.
