noelia de mingo que hizo
La razón es la “salida terapéutica” aprobada por el juez de Vigilancia Penitenciaria que dejará a quien fue condenada en 2006 a 25 años de internamiento en un centro psiquiátrico pasar un mes en la casa de su familia, sin ningún género de control externo, esto es, por parte de personas ajenas a su entorno familiar. Es comprensible que las reacciones frente la novedad fueran repentinas. En especial de la asociación “El Defensor del Tolerante”, que considera la citada resolución una genuina barbaridad por el peligro que puede conllevar una recaída en su patología, máxime en el momento en que, según argumentan, el juez mantiene la medida de internamiento cuando se cumpla el mes autorizado para estar en su casa.
“Lo que jamás nos han explicado, con la de avisos que hubo por la parte de mi muchacha y sus compañeros es de qué manera ha podido sostenerse en ese puesto estando como estaba”. Varios de los causantes y superiores de Noelia no fueron interrogados durante la instrucción ni tampoco a lo largo del juicio por el hecho de que se mencionó que no sabían nada. “¿De qué forma se puede decir que no sabían nada si no se les ha interrogado? ”, se pregunta, 11 años después del juicio, Sardinero, el abogado de las víctimas. La médico había herido a 6 personas y matado a otras tres. Le contó a los médicos que la atendían que todavía recordaba el día en que modificaron las farolas de la plaza en la que vivía en La capital de españa.
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Ha aprendido inglés, portugués y valenciano (desea ocuparse a la traducción), ha hecho el Sendero de Santiago con otros internos e inclusive escribió una secuencia de relatos que desea publicar. Hace poco nos contaron que en una visita a Fontcalent, los máximos causantes de Cárceles se sorprendieron de ver a Noelia trabajando con el conjunto médico y de enfermería del centro, atendiendo a otros internos. La asociación El Defensor del Tolerante se opone a la libertad de Noelia por «la gran peligrosidad que piensa», mientras que la Fiscalía comunicó que no se opone a cambiar la medida de internamiento en un siquiátrico por otra de régimen ambulatorio. La Audiencia de La capital de españa atiende de este modo a la solicitud del juzgado de Supervisión Penitenciaria de Alicante que pidió su libertad al comprobar que todos y cada uno de los informes coinciden en que tras diez años de régimen interno Noelia de Mingo»no forma un riesgo para el resto ni para sí». Por su lado, María Pilar P.M., que resultó policontusionada, señaló que cuando observó a la doctora De Mingo esgrimiendo un cuchillo y clavándolo «hasta el mango» en el cuerpo de sus víctimas, se dirigió a ella con la intención de quitarle el arma.
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Hablaba con su hijo por teléfono en la habitación 4308 y lo dejó para contribuir a Leila. La asociación El Defensor del Tolerante, que se personó en la causa como acusación particular en el juicio y fue muy crítica con la permisividad del hospital, afirma que la médico “aún es un riesgo para la sociedad y para otras personas”. En verdad, a las tres últimas salidas las llaman vacaciones. No comparten tampoco que no tenga ningún género de medida de seguridad ni control policial y que sea ella misma la que realice sola los desplazamientos. “Noelia De Mingo padece una patología para la que hoy no existe una cura determinante, sino medidas de control. Las conclusiones de este informe señalan a que la esquizofrenia paranoide que sufre Noelia de Mingo se encuentra estabilizada y que no ha sufrido recaídas desde el instante en que comenzó el régimen psiquiátrico hace 10 años. La médico Noelia de Mingo, ingresada centro psiquiátrico carcelario de Alicante desde 2006 tras matar en La capital de españa a tres personas al padecer un brote psicótico, señala que le agradaría ser traductora y que está escribiendo cuentos.
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En este momento Fernando y las otras víctimas, se oponen a que de Mingo, cuyo abogado no ha querido hacer declaraciones a este periódico, salga al fin de prisión. “Lo único que queremos evitar es que todo aquello vuelva a ocurrir, que vuelva aquella pesadilla. Absolutamente nadie tiene la seguridad de que no le vuelva a suceder. Estar en un centro psiquiátrico, con unas directrices, unas normas,no es como la vida real. Esos sonidos no se detuvieron ni salieron de su cabeza. En la parada del autobús escuchaba de qué forma comentaban cosas sobre . Y así, las voces siguieron como un factor más de su historia que se trasladó a su día a día de reumatóloga, y le hicieron volverse desquiciada.
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Según el testimonio de esta médico habitante, un día antes de la agresión, se le había comunicado a Noelia de Mingo que debía someterse a un examen siquiátrico. Recuerdó, además de esto, que «su mirada era bastante inquietante» y que le «daba miedo». «Cuando se encontraba con ella no me atrevía a mirarla, pero tampoco podía dejar de advertir su presencia», explicó, frente al temor de que tuviera alguna actitud agresiva. Asimismo sentía esta incomodidad Leilah El Ouaamari, una de las tres víctimas fatales de Noelia. María Belén Alonso asegura que Leilah le llegó a decir aun en una ocasión que «cualquier día le iba a clavar un puñal por la espalda». Leilah recibió aquel día de De Mingo por lo menos cinco puñaladas que le quitaron la vida.
El régimen farmacológico es vivido por la paciente como que no le provoca resultados consecutivos y que está muy bien”. Empecemos recordando lo ocurrido ese 3 de abril de 2003 en la Clínica de la Concepción, donde Noelia de Mingo cursaba el tercer curso de MIR en la especialidad de Reumatología. Noelia se encontraba en la tercera planta de la Fundación Jiménez Díaz, asimismo conocida como clínica de la Concepción, la Concha. Sin mediar palabra, sacó un cuchillo de enormes dimensiones que había comprado previamente y que llevaba escondido en su bata de médico. Su primera víctima mortal fue su compañera Leila El Ouamari, una médica habitante de 27 años que pasaba la mayor parte de su jornada con Noelia.
