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corte de digestion sin agua
Conque nuestros progenitores no iban tan desencaminados en sus sugerencias a pesar de que nosotros lo viviésemos como un verdadero castigo. En este momento que tenéis más información vamos usarla adjuntado con sentido común y…¡A disfrutar del verano que ya está encima!
Casi me meto en lo de la leche sin pasteurizar pero el agua estaba muy fría y no quiero un corte de digestión.
— Na montanha (@quettaheru) July 19, 2018
La realidad es que el término «corte de digestión» es una expresión muy común, aceptado popularmente. Sin embargo, es un término inapropiado, puesto que no se habla en absoluto de un fallo del desarrollo digestivo. Es indiscutible que se trata de un clásico de los veranos pero sin fundamento científico.
¿qué Hacer Ante Un Corte De Digestión?
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Por ejemplo, quedarnos un rato con los pies en el mar o la piscina mientras que mojamos distintas unas partes del cuerpo con las manos. Sin embargoel problemaviene en el momento en que este reflejo ocurre de formabrusca por el profundo cambio entre la temperatura corporal y el agua fría . En verano el problema se multiplica si a esto le sumamos que la temperatura de nuestro cuerpo tiende a estar elevada por haber tomado el sol o por haber realizado ejercicio intenso. Un corte de digestión tiene relación a la parada súbita del desarrollo de digestión. Con la llegada del verano el corte de digestión amenaza a piscinas y playas si bien esta afección no solo se genera en verano al meterse en el agua, sino que puede originarse por varias causas y en cualquier temporada del año.
¿cuáles Son Los Síntomas De Un Corte De Digestión?
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A la hora de admitir un corte de digestión hay una sucesión de síntomas a tener en cuenta. Primeramente vamos a destacar los vómitos y la diarrea unidos a un malestar general. Pero muchas veces estos síntomas se tienen la posibilidad de confundir con una indigestión habitual y corriente, pero por ello existen unos aspectos claros que no podemos pasar por prominente, como son sentirnos mareados, tener sudores seguidos de temblores, e inclusive muchas veces desvanecimientos. Hay causas que nos predisponen a sufrir este fenómeno, y entre estas sí tenemos la posibilidad de contar la digestión, sobre todo si se trata de digerir una comida abundante.
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Lo que conocemos como corte de digestión (nombre no apto, ya que la digestión no se paraliza) se denomina, en realidad, hidrocución y es debido a un reflejo del sistema cardiovascular como contestación a un cambio muy brusco de temperatura. Se genera una sensación de malestar con mal abdominal, náuseas, vómitos, mareos e inclusive pérdida de conciencia. En cambio, el riesgo es más bajo en las playas, puesto que la temperatura del mar tiende a ser más elevada, mientras que las brisas causan que fuera no se disparen, por lo que la distingue entre la temperatura del aire y del agua no suele ser muy importante. Destaca el Mediterráneo, que alcanza temperaturas de 25 a 30ºC en verano. Respecto a los baños, «al interrumpir de manera brusca en agua fría, el cuerpo precisa calor, con lo que intenta redirigir la sangre hacia la piel, pero al estar prácticamente toda en el tubo digestivo, hay un deficiente volumen sanguíneo». Así, el popular corte de digestión no solo puede suceder a lo largo de la época estival, ni por la acción del agua. Así como explicaba a Infosalus el representante de la Fundación Española del Electrónico Digestivo , el doctor Francisco José García Fernández, algún choque térmico durante el proceso de digestión puede ocasionar este episodio.
Frente al menor síntoma de mareo o malestar se debe salir del agua y si los síntomas no remiten, contactar con los servicios de emergencias. Al llevar a cabo la digestión una parte de la sangre de nuestro organismo se nucléa en el estómago, con lo que el fluído de sangre hacía el cerebro asimismo puede verse disminuido y si a esto le sumamos el cambio brusco de temperatura que puede sospechar un refrescante baño, incrementa la posibilidad de sufrir un “corte de digestión”. La secuencia de hechos del ahogamiento empieza con una inmersión inesperada en agua fría, provocándose una vasoconstricción periférica, con disminución de la continuidad cardíaca para que el cerebro tenga un aporte preferencial de sangre oxigenada. El peligro de shock termodiferencial se presenta más recurrentemente con temperaturas del agua inferiores a los 27 °C. El organismo precisa un esfuerzo notable para mantener la temperatura del cuerpo a 37 °C, lo que hay que conseguir en breves instantes, tanto más cuanto más fría sea la temperatura del agua. Si no lo consigue, se genera un descenso rápido de la temperatura corporal, seguido por una veloz retención de la respiración, provocada por un laringoespasmo reflejo, asegurador de entrada contra la inundación del árbol traqueobronquial, que puede provocar un síncope situacional, de origen reflejo3. Lartigue, médico militar francés, fue el primero en investigarlo , denominándolo síndrome de hidrocución o shock termodiferencial2, que definió como el «golpe despiadado del agua fría sobre el cuerpo humano».
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Después de comerse enchufaun mayor flujo sanguíneo hacia el estómago para lograr realizar la digestión. Si realizamos ejercicio físico, como nadar, nuestra sangre se redistribuye hacia los músculos y la cantidad que llega al estómago es menor.
