la fruta por la noche engorda
El contexto popular, cultural y personal es esencial, así como nuestra relación individual con la comida, que debe ser exitosa y positiva. Hasta la actualidad, la evidencia a nivel científico no demostró que repartir aproximadamente las comidas del día, o saltarse el desayuno, sea más o menos sano o logre ayudar a adelgazar o engordar. Como asimismo protege Julio Basulto, la clave no está en el número de comidas que hagamos, sino más bien en lo que contengan esas ingestas. Ursúa incide en que el metabolismo humano es muy complejo. Para Daniel Ursúa, dietista-nutricionista y autor de Nutrihabits, «el metabolismo humano es muy complejo para regirse por una regla tan básica como que si comes algo desde una hora tiene un efecto distinto que a otra». Y asegura que «es necesario que superemos ya esa obsesión con lo que engorda y lo que no».
¿Qué pasa si cenas papaya?
Por ejemplo, la papaya contiene una enzima llamada papaína, la cual facilita la digestión de las carnes. Sin embargo, si te excedes en la ración de cualquier fruta, puedes ocasionarte malestares gastrointestinales por su alto contenido de fibra y algunas por los ácidos naturalmente presentes.
Tras meses encerrados en casa, puede que nos hayamos descuidado y nuestra salud se haya visto perjudicada por malas prácticas. El sedentarismo y el aumento de el consumo de comida fueron los principales componentes de este deterioro. Si esto fué así, no te pierdas lo que tenemos que contarte.
¿la Fruta Por La Noche Engorda O No?
En otras palabras, se trata de nutrirnos teniendo en cuenta los ritmos circadianos, el popular como reloj de adentro que regula los ritmos fisiológicos metabólicos y la secreción de hormonas. Pero obligarse a desayunar por pura práctica es un fallo, sobre todo cuando se escogen alimentos poco aconsejables. Aumentar o disminuir la frecuencia de las comidas o entrenar ayuno intermitente no son prácticas buenas o malas por sí mismas. Como nos comunica Daniel Ursúa, «la nutrición es mucho más que la mera nutrición. No ingerimos únicamente con el objetivo de alimentarnos, con lo que es lógico que no solo nos influya lo meramente fisiológico». La obsesión por adelgazar rápidamente sigue prevaleciendo en nuestra sociedad, volviendo cíclicamente todos los años con picos estacionales según el calendario.
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la fruta por la noche engorda
Nuevamente, no te obsesiones tanto por el azúcar de la fruta, preocúpate más por la globalidad de tu dieta. Quizá por asociación con los hidratos, o por la preocupación general hacia el consumo excesivo de azúcares, la fruta asimismo se vió salpicada por el mito de que se debe eludir por la noche. Ya contábamos con el refranero habitual que ayuda a hacer confusión («el melón por la mañana oro, por la tarde plata y durante la noche mata»), y últimamente se suman mensajes contradictorios difundidos por distintos medios con escasa validez científica. La teoría que destierra estos alimentos en la cena se basa en que, como son fuente de energía y por la noche no quemamos casi calorías, se amontonan en forma de grasa. No obstante, las evidencias científicas afirman lo opuesto. ¿Quién no ha escuchado eso de que «dejé de cenar hidratos y adelgacé varios kilogramos»? seguramente sea cierto, pero no tanto por el horario.
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Aunque lo cierto es que es las cosas no son tan sencillas. Lo que provoca que pensemos que tenemos que escapar de la fruta durante la noche es que la fruta nos contribuye hidratos de carbono. Comencemos porque la fruta aporta una cantidad baja de energía, aproximadamente entre kcal por 100 g, independientemente de si la comes por la mañana, a mediodía o por la noche. Y debemos tener en cuenta que su composición principal es agua, azúcares sencillos y también aportan fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Comer frutas y verduras pertence a las primordiales recomendaciones para llevar una dieta saludable. La fruta aporta toda clase de vitaminas y minerales, además de fibra y mucha agua.
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— Paula Córdoba • #SinCienciaNoHayFuturo?? (@paucorx) July 2, 2019
El azúcar que encontramos en el zumo, en contraste al de la fruta entera, es azúcar libre, el que debemos eludir. Estas reservas dependen de la actividad física que hayamos realizado durante el día y de si las comidas del resto del día ya dejaron los depósitos llenos. La fruta que más grasa tiene dentro es el aguacate, y por ello se ha ganado esta popularidad.
Solo en los últimos tiempos, el consumo de frutas y hortalizas frescas en los hogares en 2017 ha descendido un 3,5% con relación a 2016, según datos de FEPEX. Y de esta manera, hay que seguir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud y también ingerir entre tres y 4 piezas de fruta cada día. Sin embargo, habría que tener precaución y no exceder bastante esas 4 piezas recomendadas puesto que, por poner un ejemplo, comer seis piezas aportaría unas 1200 kcal y ello podría suponer demasiado azúcar al organismo. El consumo períodico de frutas, igual que en el caso de las verduras, se ha asociado a un menor peligro de patologías crónicas. Más allá de mitos, las frutas ocupan un lugar fundamental en la dieta mediterránea. Por eso hay que consumir, siempre que sea posible, frutas frescas, de temporada y de cercanía.
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